miércoles, enero 18, 2006

72 horas

El desgarro lacerante de las primeras horas se había incorporado a su vida como una úlcera crónica.
Nadie podía resistir la intensidad del dolor en su primer impacto de una forma prolongada, la mente no lo resistiría. Recuerda que los nazis experimentaron con esto, la resistencia humana al dolor continuado llevando al individuo hasta la muerte.
El dolor tiene un mecánismo sibilino para instalarse en nuestra existencia, sobre todo el dolor del alma.
Debuta impactando en nuestra vida. Aunque se haya estado larvando durante mucho tiempo, de repente impacta, como una bomba atómica que no mata, que desgarra en plena consciencia. La quemazón interna, el desasosiego, la tristeza, el vacío, se imponen a la mente racional y sólo existe el Dolor.
Tras un tiempo indeterminado, el dolor se solapa en nuestra vida como un parásito necrófago, sigue estando ahí, es una sombra de tristeza en la mirada, un vacío con lamento, una compañía sorda y constante que carcome pero no mata.
Ya es parte de uno mismo, quizá lo sea para siempre, seguro que alguna de sus secuelas es para siempre.
El Dolor adulto es una úlcera crónica, durante un tiempo se le presta mucha atención, se desinfecta, se cura, se proteje. Cuando los cuidados no solucionan la herida, simplemente porque es de las que no cicatrizan, se descuida un poco la atención y es entonces cuando se producen las sobreinfecciones que te pueden llevar a una sepsis irremediable.
Aún no sabe que hará con su dolor o que hará su dolor con ella, no sabe quién decidirá.
Disociar, las ideas, los sentimientos, la vida, no sirve de nada, lo sabe, pero la ayuda a continuar, a distanciarse ilusoriamente de ese Dolor sobre el que ha escrito.
Lo relee pensando en la estupidez de lo escrito, salvo por la dosis de descarga personal que ha supuesto.
Sin falsa humildad piensa que no tiene mérito ni demérito, no puede eludir su gloria y su condena pues son una misma esencia : ser una superviviente.
Se levanta con su sombra y sigue viviendo.

sábado, enero 14, 2006

Me canso


ME CANSO

A veces me canso, lo que no sé es como me descanso.
Me canso de las excusas repetidas hasta la saturación, pero dichas como si fuera algo novedoso.
Me canso de que mis allegados argumenten su salud (supuesto e indefinido mal estado de salud), como excusa incontrovertible e irrefutable, para tener mal humor, dormir, dejar de hacer cosas, llegar tarde... o dar pena.
Me canso de que lo público sea de todos y no sea de nadie, que nadie ponga su nombre y apellidos junto a la casilla RESPONSABILIDAD.
Nuestra vida es un cúmulo de estereotipos a los que respondemos automáticamente, de costumbres, de respuestas sabidas antes que se formulen.
Es curioso como casi todos observamos estas actitudes en los demás pero ajenas a nosotros, "fuera de nos".
Me siento frecuentemente en otra galaxia.
Sucede que en ocasiones mi cabeza (o lo que sea), se independiza de mi voluntad, incluso de mi conciencia y calladamente va elaborando ideas y reflexiones que de repente se instalan en mi conciencia y no tengo otro camino que valorarlas, bien para desecharlas o para asumirlas. (pensamiento psicótico, lo se)
Mi cabeza aprovecha mis estados de debilidad física para hacer de las suyas, cuando detecta que mis prioridades son las básicas por fuerza mayor, coge la gatera y me gana por la mano, esta semana ha sido así.
He tratado con el miedo, propio y ajeno. El miedo es uno pero tiene muchas caras o manifestaciones. Miedo a amar y fracasar, miedo a ser uno mismo, miedo a la palabra, miedo, miedo, miedo.
Él miedo nace en nosotros. Es una criatura que nace en nuestra mente como mecanismo de alerta ante lo desconocido.
Le damos alas, la olvidamos en la segura comodidad de lo cotidiano y se instala como dueña y señora de nuestras vidas.
Con el tiempo uno descubre que ES en cuanto es reconocido por los otros, nuestra propia imagen esta formada por lo que creemos ser y lo que los demás creen que somos y como se relacionan con nosotros. Entonces aparece el miedo, que se instala con la máscara de la rutina, de la costumbre, de lo "social" y se deja de hablar de verdad de lo que importa, de lo que se siente, de lo que se cree, a partir de aquí tienen cabida los medios reproches, los chantajes emocionales, todo lo que se "sobreentiende" ... y el miedo va creciendo.
Para mí, el miedo a la Palabra es el peor de los miedos, la Palabra es la llave de todo, es la traductora fiel de nuestros sentimientos, materializa nuestros pensamientos, nos comunica en red con nuestros congéneres, la Palabra es el Hombre. ¿Por que no vencer ese miedo, esa antropófaga criatura?.
La comunicación es un curioso fenómeno, no basta con que el emisor emita, todo requiere unos mínimos.

El receptor debe tener disposición, ambos deben utilizar el mismo lenguaje y el mensaje debe tener sentido. Elemental y archisabida teoría, sin embargo, emitimos prescindiendo del emisor, del lenguaje, incluso del mensaje.
Formulamos un mensaje pero esperamos y deseamos que se entienda otro y además que se entienda con nitidez, lógicamente en muy pocas ocasiones se produce este entendimiento y nos frustramos, culpamos al otro y vamos acumulando.
¿He dicho en algún momento que me canso?. Pues ... me canso y no se como me descanso.
Besos con Palabra de Honor.

miércoles, enero 04, 2006

Reflexiones


Una compañera nos ha anunciado, llena de felicidad, su embarazo, su primer hijo. Estaba guapísima, con la luz del preñao en su cara, con el resplandor de la esperanza.
Le regalaré el “Mecanoescrito del Segundo Origen” Indispensable para cualquier mujer a partir de los 8 años y hombres con sensibilidad.
Su emoción me ha producido cierta añoranza y cierta alegría de no poder ya concebir, contradictorio. Me he limitado a decirle que va a ser ·el grano de culo” que va a querer mas que a su vida y al que estará ligada para siempre, para bien y para mejor, aunque no lo entienda.
He pensado un poco sobre mi maternidad y mis sentimientos maternales. Nunca han destacado en mi, esa es la verdad. Siempre me ha parecido que tener hijos era demasiado difícil y demasiada responsabilidad. De hecho siento que es una de las cosas que debería haber meditado más, a la luz de mis relaciones con mi núcleo familiar próximo
Adoro a mis hijas como la madre que más. Esa me la juego con quién quiera y como quiera, pero ya dije cada una es madre como es ella y yo soy algo individualista y extravagante, quizá no debí embarcarlas en esta aventura. Pero a lo hecho, pecho.
No las cambiaria por NADA de este mundo, ni de otros si los hay. Contradictoria siempre. I’m sorry.
En mi favor diré sin pudor que he sido una buena criadora, aunque no una buena educadora. Ese era mi miedo y ese ha sido mi precipicio.
Tomar conciencia de mi individualidad, de quién soy, independientemente de los roles que desempeñe en la vida, me ha llevado a descubrir que he sido una buena criadora.
Tan buena, que mis cerditos que pesan 100 kilos, quieren que siga amamantándoles a pesar de mi infertilidad.
Descubrir que ya no soy criadora, sino cerda adulta, infecunda, que ya debo cuidarme para jamones, ha sido mi regalo de Reyes adelantado.
Saber que puedo ser m-u-j-e-r en todas las facetas que me he negado, sin pretender recuperar el irrecuperable tiempo perdido, pero saboreando la vida sin carga, sólo con peso.
Lo he hecho saber en familia. Espero que comprendan y si no, pues ya comprenderán.
He dado el primer paso, ya saben todos que me pienso ir y que sólo la pequeña se va conmigo, si ella quiere. El resto son adultos y deben entenderse.
Necesito un abrazo. Gracias a la vida, que me sigue dando tanto.
Besos

domingo, enero 01, 2006

Nuevo

El primer día del año toca a su fin. El primer día de mi nueva vida.
Curiosa nochevieja la de ayer, sin rituales.
No pusimos los anillos en las copas, ni quemamos el año viejo en un papel, ni escribimos deseos para el Año Nuevo.
Sólo las uvas. Las comí todas y a tiempo, incluida una que se rebozó en serrín al caer al suelo. Alterné tres deseos en las uvas, así que en lugar de pedir 12 deseos, pedí tres cuatro veces cada uno. Doy más facilidades que el Corte Inglés.
Tengo una resaca y un mal dormir absolutamente proporcional al alcohol que tomé durante toda la noche. Ergo, resaca buscada, la primera del año es la mejor.
Empezar el año desde la perspectiva de humildad miserable que te da la resaca es una sabia forma de empezar.
Me siento físicamente tan pulverizada y tan revuelta que casi todo lo ajeno a mi corporeidad me resulta imposible de contemplar.
Todo pasa a ser menos importante, menos urgente, nada urgente.
Cuando hay imposibilidad física para que conecten las neuronas y se produzca el más mínimo pensamiento, cuando el estomago tiene esa autonomía para subir y bajar por nuestro interior, cuando toda tu carne está como resentida, entonces ni la metafísica, ni los problemas, ni la realidad (¿qué realidad?) existen.
Al cabo de un par de días el cuerpo se ha estabilizado y ya es otra cosa, sin saber como te das cuenta que algo se ha posado dentro, una serenidad, una templanza y una humildad que te ayudan a enfocar las cuestiones con un criterio mas ecuánime.
Esto es lo que denomino Terapia de la Resaca.
Realmente la de ayer fue una noche curiosa. Cené al lado de un chico que eructaba en la mesa sin gran disimulo, me pareció absolutamente impropio y al tercer perdón rutinario del que piensa continuar haciéndolo, le sugerí que no pidiera disculpas y simplemente dejara de hacerlo pues me molestaba y funcionó.
Empecé el año junto a algunas personas que A-D-O-R-O y desee con todas mis fuerzas seguir queriendo y ser querida todo este año que empieza. El año pasado fue mi año de consciencia, este será el de la evolución.
Besos nuevos, amorosos y esperanzados.