El día 15 emprendimos el Camino Josete, mi hija Jara y yo, fuimos hasta Jaca en coche y de allí a Somport en autobús, tomamos un cortado en el albergue y en marcha.
Olvidé la credencial en Jaca, así que no pude sellar ni allí, ni en Villanua.
La primera etapa dura, durisima, pero muy hermosa, bajamos siguiendo el curso del rio Aragón, comimos arandanos y moras, también sardinas y longaniza.
Llegamos a Jaca a las 7 de la tarde, Josete para Huesca y nosotras al albergue agotadas, la encargada seria y algo estirada, no cenamos de puro agotamiento y porque se nos hizo tarde, ducha y a dormir.
No dormimos nada, a las 7 estabamos en pie, desayunamos croisant y café con leche e iniciamos la segunda etapa, es un decir, porque salir de Jaca nos costó bastante, anduvimos toda la Avda Perimetral, mea culpa.
Camino de Arrés llegamos a Santa Cilia a la hora de comer, en el bar no daban comidas, al fin nos hicieron unos bocadillos y seguimos camino a Puente la Reina, un refresco, monton de policia, seguimos.
A las 18,30 llegamos a Arrés, el recibimiento nos dejó un tanto sorprendidas, seguramente no captamos el sentido del humor del hospitalero, nos recriminó que llegaramos tarde, dijo que allí se cenaba a las 19,30 y que en todo caso nos darían las sobras, nos duchamos, llegamos a las sobras y un yogur.
Lo mejor de Arrés fué el desayuno, café con leche y pan. El albergue es pequeño aunque muy acogedor.
De Arrés a Artieda el camino es tedioso y seco, subidas sin apenas sombras, llegamos a buena hora, al poco de llegar se desató la tormenta, hermoso pueblo, compartimos habitación con Heini (dannes)y con Jourrine (holandesa), entablamos conversación con los catalanes, al parecer llevabamos coincidiendo desde Jaca.
La hospitalera de Artieda es brasileña, muy joven y tiene una niña, Mª Eduarda de 6 años muy mona,correcta pero sin rozar la amabilidad.
A las 7,30 estabamos en marcha hacia Undues de Lerma, bonito camino, nos perdimos (mea culpa) y llegamos al pantano, desandamos un trozo y retomamos el Camino, una senda preciosa, de cuento de hadas y gnomos.
Pasadas las 13 h. llegamos a Ruesta, pueblo abandonado que está rehabilitando la CGT, el pueblo es precioso, muy señorial, casas de piedra con grandes puertas de doble hoja,muchas invadidas aún por la maleza.
Creiamos que en Ruesta no se podía repostar, ni comer hasta las 19 h. y fue un malentendido, los hospitaleros habían colgado un cartel en la puerta que inducía al equivoco, simplemente de 16 h a 19 h se tomaban un descanso y se atendía a los peregrinos en el bar.
Lo curioso fue detectar en la hospitalera un deje paranoico, practicamente nos sometió a un tercer grado sobre quién nos había dicho que hasta las 19h estaba cerrado el albergue, daba la impresión de que se sentía victima de un complot.
Compramos pan y comimos bajo un árbol, Jara durmió una siesta en medio del camino a la salida de Ruesta, continuamos hacía Undues, tras varias subidas divisamos el pueblo buscamos un sitio donde sentarnos y nos comimos unos melocotones admirando la vista.
Llegamos a Undues sobre las 19h pedimos unos bocatas para las 20,30 y nos fuimos a la ducha, nos unimos a los demás peregrinos para tomar el café, se acostaron todos pronto excepto Jose Luis y nosotras que nos fumamos un par de cigarros.
A primera hora salimos para Izco, etapa dura pero bonita, desayunamos en Sangüesa, nos fuimos reuniendo todos en la cafeteria. A Izco llegamos sobre las 16h, el mejor albergue con diferencia, la hospitalera amable y simpatica, nos enseñó las instalaciones y se fué, limpisimo, amplio, habia hasta microondas, volvió a las 19, 30h, para entonces habia llegado Agata (nueva, alemana) y los catalanes y habiamos decidido comprar y hacer una cena común, compramos, cocinamos y comimos, charlamos y la alemana y Jordi se fueron a dormir, Jose Luis se quedó con nosotras, se nos hicieron las 24,15h. Quedamos en vernos en Tiebas.
Este tramo se me hizo particularmente duro, el pueblo muy distinto a los anteriores, pocas casas de piedra, montones de unifamiliares en construcción y todo cerrado porque habían sido las fiestas, en el albergue estaban la alemana y los catalanes, si quisimos cenar tuvimos que ir a la gasolinera a 2 km y en pendiente pronunciada. El albergue está muy descuidado y sucio, es una pena, al parecer nadie contribuye a su mantenimiento y el ayuntamiento no da para más, según consta en un manifiesto colgado in situ.
Madrugando en la última etapa de este tramo, salimos rumbo a Eunate y Puente la Reina-Gares, pasamos por pueblos preciosos como Olcoz o Enériz, donde desayunamos, a las 12 llegabamos a Eunate, el cielo estaba cubierto, algo tiene ese lugar, inspira paz, confort, sosiego.
Final en Puente la Reina- gares. nos recoge mi tio y comemos con ellos, alas 17h al autobús y a las 20,30 en Huesca.
Este es un resumen logistico, el emocional y mental para el proximo capitulo.
Besos