domingo, febrero 08, 2009

CONTINGENCIAS


Contingente es todo aquello que puede ser o bien no ser: un evento, un objeto, un sujeto o una acción contingente es algo que no es seguro ni necesario, mientras que, una contingencia es un imprevisto con matices presumiblemente incómodos.
Tengo los labios cortados, me molesta esa sensación, busco paliativo, encuentro un lapiz de labios, me pinto/embadurno, un poco, resulta ser un rojo choricero de origen indeterminado. Me resigno.
Con frecuencia me desconciertan los otros, aunque sean muy cercanos, hoy mismo mi hija pequeña.
Mi relación con ella es sin dobleces, porque ella no las tiene, pero si tengo una cierta prudencia para decirle las cosas o corregirla, que mi hija mayor traduce en que soy "blanda con sus defectos", no es eso, es que sus "fallos" para mi son facilmente soportables.
Afortunadamente tengo solo dos hijas, pongo cada una en un plato de la balanza, peso fresas y albaricoques, las dos frutas que mas me gustan, las que prefiero, las que quiero y el fiel se mantiene en equilibrio, tantas fresas pongo, tantos albaricoques compensan el nivel.
Intento quererlas y entenderlas a cada una como son (lo cierto que este es un ejercicio que hago con cada "individuo" que quiero... incluso con los que no quiero.
Esa, es parte de mi condena la empatía nuclear . No lo explico.
Intento, como en la foto, que el circulo se defina pero no se cierre, que un su centro haya huellas, que mientras la diestra se mueva, la siniestra compense la postura.
Me aturde la idea que mis gentes tienen de mi, la imagen que me devuelven (efecto espejo), a menudo me confunde, hoy ha sido mi peque, anda en varios "pequeños lios", inherentes a la edad.
Me pidió permiso (y pelas), para coger un local con sus amigos, que compartiran con dos pandillas, ademas, está de examenes en 2º de bachiller, con una buena media.
Mañana toca examen de Filosofía: Kant, Hume y Descartes.
Todo va bien, ella estudia, yo leo.
La llaman, al poco, me dice que va a salir una hora y media. Bien.
Antes de irse me trae unos folios y me dice :
- "No entiendo la Dialectica Transcendental en Kant", ¿te la lees y me la explicas antes de cenar?
Aún no me he leido los apuntes, lo haré, claro, y se la explicaré, pero mis neuronas se funden como la mantequilla al fuego cuando intento entender.
La niña, y alguna de mis amigas, me suponen una categoria intelectual/potencial, que no me es propia, quizá tenga la capacidad, de hecho, entro a todos los retos que me proponen,y me siento sorprendida y voluntariamente implicada.
Soy el burro tras la zanahoria.
Feliz de correr tras el objetivo, aunque sea intangible, aunque sea una ilusión, como es el intelecto.
Bueno, me voy a leer y a traducir la Dialectica Tanscendental de Kant (otro colgao, pero importante)
Muas.

domingo, febrero 01, 2009

HISTORIA DEL POZO, MI POZO, TU POZO


Camino sin rumbo hasta desfallecer, siento el tiempo como un movimiento pendular, eterno y breve, martilleando dentro del unico habitaculo que de verdad me pertenece: mi cabeza.
La vida del laberinto interno consiste en atravesar la maleza, sentir el cuerpo desnudo, ajado y frágil, lacerado por las zarzas, la impotencia de ser ¿quien?.
Al caer la noche, la energia se ha hecho aire y la certeza de haber vuelto al punto de partida abona una nueva desesperanza.
Se que el pozo siempre ha estado ahi, camuflado entre las ramas, como una trampa conocida, una salida que se desecha a priori, pero hoy aparece como una alternativa tentadora, como una posible solución al caos.
La redondez de su boca es atractiva, el negro profundo de su interior es un canto de sirena que promete el infinito, la nada, el descanso, la paz...
Cansada, obnubilada, aturdida y el oscuro iman emitiendo un seductor reclamo, su entrada se viste de luz de luna ... como un trampantojo del abismo.
Desde mi atico sin ventanas pienso en explorarlo, quizá bajar escalando, despacio, intentar vislumbrar el fondo...
Pasan los días sin ceder a la tentación, retomando cada amanecer mi peregrinar por la selva neuronal, el tormento de una amputación tan brutal ,que cualquier dolor puede proceder de un "miembro fantasma", ya he perdido la cuenta.
La prudencia de un descenso controlado, pierde sentido, no tengo agallas para tirarme de cabeza, no, eso añadiria lastre, entonces fantaseo.
Imagino que es un espacio mágico, dotado de ingravidez, sueño con asomarme y dejarme llevar, recorrer el angosto tunel con el suave movimiento de una pluma. Sé que no es así, que sentarse en la boca del pozo, con los pies colgando hacia adentro, es peligroso en estados de confusión, aparto esa idea de la cabeza, la mirada absorta pasa sin transición del claroscuro al negro irresistible. Nada mas existe, tengo la mente en blanco ¿en blanco o en negro?
La humedad, el frio y la larga sentada han convertido mis posaderas en un tempano con agujetas, me muevo para amortiguar la incomoda sensación y resbalo.
¡Tanta planificación resuelta accidentalmente! Siento Pánico.
Cuando ya se le ha perdido el miedo al miedo, las leyes de supervivencia tiene previsto el Pánico para hacernos reaccionar.
Me agarro a la irregular pared con garras de primate, freno la caida, la adrenalina de la supervivencia me hace percibir el aliento de la vida.
Miro hacia arriba, la luna ilumina la verticalidad imposible, tengo los musculos frios, noto cada una de sus fibras agotadas, apunto de abandonarse a la lasitud, a la nada ...
Una estrella fugaz me regala un minuto de consciencia y descubro el engaño del pozo, esa Nada prometida es ilusoria, esa Nada no es la Muerte, es dolor, es Locura.
Agarrada a la pared, con la cabeza ladeada, hundo mis manos y mis pies en la húmeda pared de barro, los movimientos deben ser precisos, cada miembro debe esperar su turno para moverse lentamente hacia el ascenso, y de vez en cuando, descansar mirando al firmamento, alimentar el deseo de alcanzar la superficie, para tumbarme sobre la hierba y contar estrellas.
Aún quedan unos metros para la meta, sigo con el ascenso cuidadoso, cualquier avance supone una dosis de alegría por el esfuerzo consciente, los tropiezos han dejado de ser fracasos y van tomando forma de retos.
Mi cabeza se ejercita haciendo planes, sé que se desvaneceran como el humo cuando consiga salir, no importa, nada es como se piensa, nada es hasta que no se contrasta con los otros.
Solo me propongo una tarea de obligado cumplimiento, buscar cada noche un claro de bosque, tumbarme sobre la hierba y dejarme sentir, esperar dulcemente la caricia de la luna y la chispa de lucidez de las estrellas fugaces, que sé que me aman, que sé que siempre estan ahí .
Para ti, para mi, que se que lo entenderás.
Besos ascendentes.