miércoles, junio 27, 2007

ATERRIZAJE

Parece que el vuelo 4647 está pidiendo pista de aterrizaje, ha sido, está siendo, un viaje longo, (aunque suene pedante).
He hecho una gran parte del vuelo en la cabina del avión herméticamente cerrada, no, no soy piloto, no es necesario, el piloto automático es bastante seguro para navegar y el purificador de aire no ha fallado demasiado.
Esperados y vividamente agradecidos los momentos de repóstaje de combustible, la nave nodriza Airbeg ha sido casi el único contacto terreno.
A lo largo del trayecto en ocasiones impredecibles la puerta de la cabina se ha abierto misteriosamente y he podido salir y ocupar el asiento de la azafata, unas veces en clase turista, otras en First class.
Está siendo una experiencia transformadora y lenta, vacua y plena, distinta; sobrevolar tu vida a 2000 mts de altura, como si no fuera la tuya, pero lo es , en un impass dinámico, porque nada se detiene, solo por ignorarlo.
Algo me dice que debo regresar al compromiso, a las relaciones, a mi piel, que ya las cosas se van asentando, que el verano es una buena época para regresar.
Desde el aire he ido lanzando a tierra los puntales de mi nueva morada, eso es lo bueno de sobrevolar el propio territorio, te puedes permitir intentar hacer puntería desde el aire.
Con tanto tiempo entre las nubes he podido definir como va a ser mi casa cuando vuelva, será de material ligero y ecológico, de colores cálidos y alegres, con mucha luz, de puertas abatibles y mobiliario practico y funcional, nada más.
Solo me queda averiguar si el nuevo aeropuerto de Monflorite tiene pista para Zeppelines pacíficos.










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