A fuerza de tragar hiel se envenena uno el alma.
He tocado fondo, un fondo desconocido y tenebroso que no creía tan cercano.
Un fondo, arenoso y viscoso a la vez, envolvente y árido.
He permanecido allí largo y denso tiempo, enajenada y ajena al mundo.
Intentando desviar la mirada, de la ilusoria línea a traspasar. ¡ Hubiera sido tan sencillo!
Poco a poco y respirando quedamente, robando un poco de aire cada vez, para agrandar mi burbuja, vigilando atentamente, para poder evitar a los depredadores de mi atmósfera, empecé a reflotar un poco
Cuando parecía que abandonaba el fondo, sufrí dos impactos en mi línea de flotación que aunque no me hundieron totalmente, me causaron graves daños estructurales
Ayer, una fuerte descarga emocional, me tuvo aturdida pero feliz, bueno exactamente feliz no, pero relajada. El poder del verbo, la palabra nos sana y la expresión de los sentimientos (de todos) también.
Pero....la vida, Mi vida, es como el salto de altura, yo soy el saltador incansable y repetitivo, al que, cuando salta una marca, implacablemente, le suben el listón y se ve obligado, aun en la extenuación, a saltar una y otra vez, soy un Sísifo de este salto de altura virtual.
Es duro ver como uno mismo pone sus propias bombas de tiempo y como estallan en su vida, pero es la vida, como decía Calderón , un sueño, una ilusión
miércoles, julio 20, 2005
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