Lunes que sucede a domingo de resaca, de resaca doble. No hay excusas, no hacen falta. Semana de emociones, de tensiones, encontradas y acumuladas. Consciencia de arrancar cualquier mordaza de mi boca, en eso el alcohol es un viejo compañero; esta vez bebí para mi, no contra nadie, saboreando el placer de una charla en estupenda compañía.
Se produjo una de esas situaciones en las que no se sabe ni cuanto se bebe, ni cuanto, ni que, se habla: en realidad da igual, el placer del dialogo, de anécdotas, de risas, de chascarrillos, es suficiente. La única conclusión que saco es que PC y yo, somos las mas políticamente incorrectas de nuestras amigas, yo lo pasé divinamente, mi animo no estaba para bailes y la charla me sedujo. He llamado a PC, pues yo no recuerdo haberme pasado, ni haber sido incorrecta con nadie, ella tampoco, desconozco si éramos unas borrachas divertidas o pelmazas. Yo necesitaba este fin de semana, nada te sitúa mejor en la cruda realidad que una buena resaca (como la que tuve yo ayer, cama-sofá, sofá-cama-paracetamol ) Además de la resaca me he pillao un trancazo de órdago, tenía que ser, el organismo se resiente y defiende de las agresiones externas. Tripas y catarro, elemental, ni respiro, ni digiero ¿por qué será?. Hablaré con PC ,creo que estas charlas alcohólicas las deberíamos reservar para intimidades ocasionales, si quiere, ya se que alguien fruncirá el morro, pero espaciadamente (un par al año), van muy bien. Alguna vez hay que quitarse faja y sujetador, pero como los experimentos científicos, con condiciones controladas. Besitos (frescos ya) |
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