domingo, febrero 10, 2008

EL AMOR O EL AGUA EN UNA CESTA


Ver la vida como el agua en una cesta, así de seguro es todo lo que sucede fuera, en ese mundo exterior, que es todo lo que no somos cada uno de nosotros.
Hay tantos mundos como personas, tantas realidades como percepciones. Establecemos las relaciones entre nosotros (humanos) acomodando nuestra individualidad a las normas convenidas (leyes), para lograr una cálidad de vida mejor.
Con estos antecedentes, la busqueda del sentido a la existencia, los conceptos espirituales y eticos como amor, amistad, familia, respeto, libertad, etc ...tienen un tronco universal (el concepto) y matizaciones individuales.
Vivir junto a otros, percibir sus realidades, comprender.
El amor en epocas de crisis personal, nos lleva, "por efecto de simpatía" a buscar una empatía que solo es posible desde otra situación critica.
Buscar amor a causa de desamor, con la herida sin cerrar, nos empuja irremediablemente en brazos de quién sufre de otros desamores, a menudo de su propia estima.
Amor no es solo sentimiento, no es que te palpite el cuerpo y el alma, no es esa paz gozosa que sucede a la ansiedad, no, amor es buscar la compañía del Ser, el individuo con el que gozar de la vida, con el que resolver retos, con el que crecer hacia el saber, el que te estimula a ser mejor.
Esta es la primer cesta en la que guardamos agua, decidimos que en cuanto dos personas se atraen y se unen, el amor se consolida y se inmuniza, pasa a ser un ente eterno, y sea cierto o no, a él condicionamos nuestro sistema de vida, nuestros afectos, incluso nuestra red social.
Montones de personas viven amarradas a la costumbre, a la comodidad, al miedo a la soledad sin compañía, montones de personas se alienan voluntariamente marchitando las carnes y apagando el espiritu, dejan de soñar, de saber como se siente de verdad y sobreviven a sus propias vidas.
En otras ocasiones, nuestro ego llama amor a lo que yo llamó "efecto Pigmalión", la persona se encuentra en una situación puntual de baja autoestima o en momentos de cambio personal o laboral (sobre los 40), su afectividad y su ego están en carne viva, entonces se fija en alguién que le provoca simpatía (normalmente "el elegido" suele ser más joven y con alguna dificultad), proyecta sobre él inconscientemente todas sus aspiraciones y extiende sobe él su manto.
El protector ansía revivir, incluso recuperar la frescura perdida, la inocencia, la mirada virgen de las cosas, y ¿porque no? jugar un poco a ser dios ayudando a modelar a otra pesona.
El protegido, agradece la calidez, los gestos y detalles sinceros, las muestras de afecto, ambos subliman la emoción y lo denominan amor imposible o amistad imposible, según el cariz de la relación. Estas situaciones tiene finales inesperados, no siempre agradables.
La soledad de la vida es dificil de llevar, pero los cuidados paliativos tienen mortalidad yatrogénica, seguramente seguiré sola y soñando con encontrar compañero.

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