lunes, mayo 25, 2009


¿Chiripa, casualidad o sincronia? Al hacer limpieza de documentos he encontrado esta entrada antigua y no me he resistido a publicarla.


Una idea vaga, en ocasiones, una palabra que se aupa rebelde entre otras pronunciadas, un recuerdo vago…, llegan cabalgando el aire, revolotean cerca de mi como mariposas inquietas, cuando giro la cabeza, alguna de ellas me roza, el polvo de sus alas provoca el cosquilleo, el run-run, el detonante.
Entonces retomo la palabra, la idea el recuerdo y… busco, para saber.
Para nada en realidad, por placer.
La búsqueda, en si misma, es un goce onírico y onanista, las ideas se enlazan, los Saberes encuentran la Verdad por distinto camino. Esta es mi Ítaca. La Absoluto. El Eidos platoniano.
En mi delirar, siento que paseo por el Olimpo cuando creo que comprendo.
La comprensión, en este caso, es otra entelequia. Siento, físicamente como ese saber entra en mi, no se como explicarlo, entonces, tengo deseo de compartirlo, necesito ser una especie de torpe mariposa, un zángano perdido, que insufle en otros ese deseo de saber cosas no útiles, cosas de fondo, cosas que hacen ser individuos y no personas (máscaras).
Durante el último mes ocupo tiempo y mente ocasional, al tema de la sincronía, esto me ha llevado a la resonancia mórfica o memoria universal, me ha sorprendido encontrar al para mi enigmático, Pauli, cuya teoría sobre los espines de los electrones tanto me costo aprender, que no entender, junto a mi admirado Jung.
A Pauli le dieron el Nobel de Física, fue el inventor del término ”sincronicidad”, basado en su teoría de las cargas eléctricas del electrón (los espines dichosos).
He aprendido, que la microfísica está sujeta a leyes inamovibles que cuando se extrapolan sus resultados se someten al dictado de la probabilística, que la Física Cuántica rompe con la concepción clásica de Espacio –Tiempo.
Mi búsqueda peregrina me llevo a la estupenda palabra, y mejor concepto de Serendipia, descubrimiento científico inesperado que se realiza accidentalmente. Casualidad, coincidencia o accidente. Serendip se llamaba a la isla de Ceilán en árabe antiguo, y de este concepto-término deriva la castiza palabra chiripa (recomiendo leer "Los tres Principes de Serendip")
Esta es mi realidad paralela hacia este lugar huyo, escapo de la desolación que me asedia, de las miserias, de los miserables (no todos), con los que comparto realidad.
La contradicción es una máxima en el humano, a menudo los dos polos convergen en un solo individuo, en mi caso, soy torpe, muy torpe, para valorar a las personas, es innato, pero a la vez, la vida pone en mi camino y en mi cariño (¡como se parecen!) los mejores ejemplares del genero humano,
Recomiendo unas vacaciones en Ítaca. Por Profilaxis (¡como me gusta esta palabra!) .


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