Incorporo los saberes como sabores.
No tengo piel, la he dejado en el camino, mi organismo se adapta al medio, cada milimetro de dermis ha sido sustitudo por una membrana semipermeable.
El nuevo epitelio es un aduanero eficaz, filtra la anecdota y extrae lo esencial, percibo mi vida como una danza suave de pies descalzos sobre la arena, sugerente y etérea como una cama hecha con sabanas de gasa superpuestas.
Los días transcurren plagados de hechos sincrónicos (coincidencia de dos o más sucesos, sin relación causal y con significado semejante), que aunque no se descifrar me inducen a la reflexión. He pensado anotarlos.
Unas amigas "han descubierto" a una echadora de cartas fantástica, carisima a mi parecer (150 €), pero con garantías, te da un DVD de la lectura.
Anoche, en la tele, un programa en clave de humor abordaba el auge de la Videncia en epocas de crisis, Manel Fuentes, el presentador, planteó dos preguntas sencillas a tres videntes de reputada fama, una de ellas, la más televisiva, se autocalificó como la "única bruja católica del mundo".
1- ¿Cuando acabará la crisis?
Respuesta:
a) Eso yo no lo trato. Crisis ...es ¡Crisis!
b) En un par de meses, Junio o Julio empezará a despuntar la salida de la crisis
c)¡ De esta crisis no se sale ni en seis días ni en seis años! (la televisiva).
La otra pregunta transcendental fue ¿ganará el Barça los tres titulos esta temporada?. Una dijo que ninguno (cuando ya llevaba dos), otra que dos (la más informada) y la televisiva que uno o dos, pero los tres ¡imposible!.
Curioso ¿no?.
Confieso que yo también he ido a echarme las cartas ¿cuando?, cuando mi yo interno se resistia, bien a los acontecimientos, bien a mis sentimientos, cuando he percibido que el problema es de fuera, que lo han planteado otros y he esperado que la solución viniera conduciendo el tarot de "El Carro".
Hoy siento que soy el Carro, el Quadriga, los caballos y los veintisiete arcanos restantes, que cada acción es una tirada y soy las cartas, la echadora, la consultante y... hasta el tapete.
Epocas de incertidumbre e inmadurez o no se bien qué, el caso es que no me inquieta nada el futuro, ahora prefiero la sorpresa, la no predisposición, es similar al placer de no comprobar el resultado de la Primitiva y observar, conteniendo el aliento, la cara de la estanquera.
La vida sucede independientemente de nuestra prisa por anticiparnos a ella.
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