domingo, enero 01, 2006

Nuevo

El primer día del año toca a su fin. El primer día de mi nueva vida.
Curiosa nochevieja la de ayer, sin rituales.
No pusimos los anillos en las copas, ni quemamos el año viejo en un papel, ni escribimos deseos para el Año Nuevo.
Sólo las uvas. Las comí todas y a tiempo, incluida una que se rebozó en serrín al caer al suelo. Alterné tres deseos en las uvas, así que en lugar de pedir 12 deseos, pedí tres cuatro veces cada uno. Doy más facilidades que el Corte Inglés.
Tengo una resaca y un mal dormir absolutamente proporcional al alcohol que tomé durante toda la noche. Ergo, resaca buscada, la primera del año es la mejor.
Empezar el año desde la perspectiva de humildad miserable que te da la resaca es una sabia forma de empezar.
Me siento físicamente tan pulverizada y tan revuelta que casi todo lo ajeno a mi corporeidad me resulta imposible de contemplar.
Todo pasa a ser menos importante, menos urgente, nada urgente.
Cuando hay imposibilidad física para que conecten las neuronas y se produzca el más mínimo pensamiento, cuando el estomago tiene esa autonomía para subir y bajar por nuestro interior, cuando toda tu carne está como resentida, entonces ni la metafísica, ni los problemas, ni la realidad (¿qué realidad?) existen.
Al cabo de un par de días el cuerpo se ha estabilizado y ya es otra cosa, sin saber como te das cuenta que algo se ha posado dentro, una serenidad, una templanza y una humildad que te ayudan a enfocar las cuestiones con un criterio mas ecuánime.
Esto es lo que denomino Terapia de la Resaca.
Realmente la de ayer fue una noche curiosa. Cené al lado de un chico que eructaba en la mesa sin gran disimulo, me pareció absolutamente impropio y al tercer perdón rutinario del que piensa continuar haciéndolo, le sugerí que no pidiera disculpas y simplemente dejara de hacerlo pues me molestaba y funcionó.
Empecé el año junto a algunas personas que A-D-O-R-O y desee con todas mis fuerzas seguir queriendo y ser querida todo este año que empieza. El año pasado fue mi año de consciencia, este será el de la evolución.
Besos nuevos, amorosos y esperanzados.

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