jueves, octubre 02, 2008

DESNUDO INCOMODO


Desde hace unos días estoy incomoda, he estado preocupada, mejor dicho agobiada.

Este verano me rasuré las axilas, como de costumbre, con cuhilleta deshechable.

Un pelo rebelde se enquistó y formó un granito diminuto, romo y blanco, indoloro e inofensivo.

Durante un tiempo lo controlé, engordó un poco, pero siguió siendo romo y blanco. Dejé de prestarle atención, hasta que hace tres o cuatro días que un escozor inesperado me hizo revisarlo, había engordado un poco más y tenía un amenazador color rojo intenso.

No lo pensé, cogí una pomada antibiótica, unté bien el desagradable grano y lo tapé con gasa y esparadrapo. La pomada lo engordó y lo hizo doloroso.

Durante dos días no me lo quité de la cabeza, deseaba revisar su evolución al segundo. Me obligué (con la exusa de limpiarlo y curarlo), a destaparlo solamente dos veces al día, al final de la mañana y al final de la tarde.

Las cuatro primeras revisiones me sumieron en la preocupación, aquello cada vez tenía peor aspecto. Al final del tercer día la esperanza de que fuera eso, un simple grano, retornó

La gasa estaba manchada con un asqueroso mejunge de pomada, pus y sangre, el grano, aún de color rojizo, había disminuido su tamaño. Limpie la zona con iodo, desinfecté, pusé mas pomada y volvía cerrar.

Acabo de curarlo, hoy es el cuarto día, aún no está limpio del todo, pero va volviendo a su sitio.

He tenido miedo. Pánico ante la merma.

No he dicho nada a nadie, ha sido mi secreto cometarro, me estoy haciendo vieja, esto antes no me pasaba.

Una lección, (budista creo), consiste en descubrir lo pequeño para poder alcanzar lo grande, los alquimistas redundan la idea "lo que es arriba es abajo, lo que es dentro es fuera".

Este pelo-grano, es una metáfora plástica, un psicodrama orgánico, de varios aspectos aspectos de mi vida, espero tener la misma paciencia, control, cuidado y esperanza para limpiarlos, como estoy teniendo con el grano. El miedo lo tengo.

Besos inciertos

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