lunes, enero 26, 2009

TU, YO, TUYO, YOTU, YUTO, YU, TO.


Dos de las seis caras de los dados, llevan un enigmatico siete dibujado.
Cuadradas individualidades en primera y segunda persona del singular aplastan un nosotros insignificante y molesto.
Hoy me he levantado con el alma tan arrasada como estos pobres masacrados, un sentimiento de sombra interna a nivel de pecho hace y deshace nudos a su antojo.
No pasa nada, nada que no pasara ayer, o anteayer o mucho antes, nada que no vaya a pasar, también, mucho despues.
Es el vacío de lo inutil, de lo sobreentendido, de lo convencional.
El primer crujido solo es sonoro, como si fuera un ajuste, mas tarde, sin ruido, surge una breve e imperceptible fisura, aunque no se aplique fuerza, los pequeños vaivenes la hacen grieta.
Es cuestión de tiempo que la grieta se convierta en sima y que esta se rellene de huecos que se funden unos con otros para crear el vacio, la nada insondable, esceptica, doliente, de vidas conformadas y deformadas.
Ni TU ni YO, ni TUYO...quizá YUTO

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