domingo, marzo 15, 2009

DIORAMA DE VIERNES



Viernes noche, reunidas entorno a una mesa con ricos alimentos, buen vino y mejor champan (si champan y no cava), agradable entorno y esplendida compañía.
Hay un cubierto sin comensal. El primer brindis es por la ausente.
Un Gigante nos observa desde el exterior, somos fáciles de ver, está oscuro, hay buena iluminación y estamos en un porche acristalado.
Seres diminutos, dotados de vida, encerrados en un diorama, en una cajita con paredes de cristal.
La casa está en el campo.
Desde dentro percibimos el paisaje como un todo vestido de noche, el velo azul marino lo ha cubierto disfrazando las formas de bultos, de sombras.
En lo alto, una luna casi llena ampara a las infinitas estrellas en su parpadeo.
Hablan del miedo, de cuando la hermosa casa es prisión de soledad nocturna, presa de la imaginación insomne, la victima ilusoria de los crujidos del edificio.
Si yo tuviera una hermosa casa de esas, tendría un enorme ventanal, sin persianas, que abarcara la superficie de mi cama.
Tener esa suerte y no dormir, ni despertar, bajo el cielo, me parece un desperdicio.
El miedo nos llevó a la muerte, todas habiamos pensado largamente en ella, en la autopista de los cincuenta ¿quien no lo ha hecho?.
La humana rebeldía ante la seguridad de llegar a No Ser no me sorprendió, pero si los deseos respecto a las futuras exequias.
Sé que mucha gente piensa y decide como será su funeral, a mi me parece improcedente ¿porque organizar una ceremonia en la que no vas a estar? ¿Que sentido tiene imponer un deseo mas allá de la existencia? ¿ganas de incordiar a los que se quedan?.
Otra cosa es que dejes pagada una fiesta a tus deudos y por supuesto, el importe del entierro o lo que sea.
Creo que la energía de mis veintiun gramos de Alma buscará acomodo por si misma, donde le toque o donde caiga.
A quién corresponda hacerse cargo de mi cuerpo, que haga lo mas conveniente para él, sin olvidar que la consigna de mi vida es: dentro de lo digno, lo más económico.
De la muerte al amor (como la película "Paseo por el amor y la muerte"), a la ilusoria ensoñación que nos lleva, en ocasiones, a enamorarnos del amor.
El otro día oí que el enamoramiento no es amor y es cierto, pocos enamoramientos pasan la selectividad que da derecho a la carrera del Amor.
Adoro a mis amigas, ellas me dan el punto de realidad externo, confio en ellas aunque no esté de acuerdo en lo que dicen o no haga caso a sus consejos, tienen concedida bula perpetua y sitial preferente.
Ellas, disfrutan una situación acomodada, no sé hasta que punto son conscientes de que han alcanzado el ideal de estatus burgués, ese modo de vida que estaba tan lejano cuando eramos hijas de obrero, cuando eramos las espectadoras de los chiripitiflauticos mientras merendabamos pan con mantequilla y chocolate "La Campana" de Elgorriaga.
No son pijas ( o no del todo, acaso un conato pijil), disfrutan conociendo y saborean distintas comodidades y placeres a su alcance, sin demasiado dispendio, algunas ejercitan un activismo social muy realista en personas cercanas con menos medios.
Son, somos coherentes, cada una con su trayectoría.
Las amigas no nos vigilan ¿para que iban a hacerlo?.
Nada es por casualidad, tenemos mucho en común siendo muy distintas.
Somos como dientes del engranaje de un reloj, parte del Kronos, rodamos, encajamos, avanzamos ...
La soledad existencial es un desierto a transitar con buenos amigos.
Doy gracias a la Vida por mis amigas, a mi por saber apreciarlas y a ellas por elegirme.
El Gigante custodió desde su altura, a T. hasta Banastás, las estrellas y la misma luna fueron sus compañersos de viaje, algo mas tarde, otras tres muñequitas subimos a un coche azul brillante y nos sumegimos en la noche por la autovía, sin demasiada transición cada una llegó a su piso/diorama y se entregó a Morfeo.
Hoy son los Idus de Marzo. La primavera pálpita .



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