viernes, agosto 25, 2006

¡Que si, que no...!


¡Que si! ¡Que no! ¡Que caiga un chaparrón, que rompa los cristales de la estación!
Así esta el día y así estoy yo. Ayer cena de amigas con invitado a café y un espontáneo que se nos agregó en las copas; no empezó la noche bien, no nos entendimos para acudir a la cita y PC fue directa al restaurante y le tocó esperar. El ambiente mejoró enseguida.
A todas nos gustó el amigo de E, nos pareció un hombre e-du-ca-do, cálido y acogedor, ha pasado el primer examen bastante bien.
Nos fuimos las tres comentando la noche, me emociona la alegría sana que compartimos cuando a una de nosotras nos sucede algo que nos hace felices.
Es poco frecuente compartir alegrías, el ser humano es egoísta en esencia, es mas fácil compadecer el mal del otro, que, inconscientemente nos hace parecer mejores ante nosotros mismos y además lo malo le pasa a otro. Es condición humana, por eso ese sentimiento de alegría por la felicidad de la otra, por su ilusión, por el brillo de su mirada, esa esencia Choni (o Susanita que le gusta más a B) es la que me hace sentir la importancia de la Amistad valorarla y cuidarla.
Les conté lo que me sucede, de nuevo mi cabeza va por un lado y mis sentimientos por otro, tengo batalla emocional interna.
He comprendido que una de las cosas más importantes e irrenunciables para mi es sentirme libre, con la ropa, con el calzado, con el pelo, con la gente, con las relaciones, soy muy respetuosa de la Ley y de mi propia ética, entre otras cosas porque no se ser de otro modo.
Mi vida está cambiando, aunque no a la velocidad que yo desearía, esa es una de mis dudas, si darle un empujoncito a los acontecimientos o no.
Mi pasado reciente se resiste a desprenderse de mi orbita y voy a tener que sacar las tijeras de podar aunque suponga roces, ya me estoy cansando de esperar a que otros respeten y comprendan lo obvio.
Pensaba que mi lección de vida era cultivar la paciencia, me he dado cuenta que tanta paciencia, tanta paciencia, me conduce a la empatía y ser tan empática me perjudica. Comprendo y respeto las circunstancias del otro hasta tal punto que pospongo, incluso renuncio sin acritud, ni esfuerzo a mis propios intereses, esto es la que me está incomodando, me hace pensar que me considero demasiado fuerte (lo cual no es cierto) o no me quiero suficiente.
Me siento fajada a dos realidades que no son mías, pendiente de que evolucionen, esto me está agobiando, necesito amor y lo necesito ahora, necesito luz porque no me gusta vivir a oscuras, necesito realidades tangibles o nada.
Este fin de semana empiezo desataré todas las amarras que pueda, debo librarme incluso de los objetos. The end.
Besos revueltos.

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