Hoy la reunión de Super-Amigas era en mi casa, ha sido estupendo.
La confianza, la franqueza, la sinceridad con Amor, la autocrítica, el respeto a la individualidad de cada una y sin embargo, la posibilidad de aportar una visión distinta de cada una sobre las otra, sin que haya malos entendidos, no ha sido fácil.
Ha costado años y callos en el Alma, pero ya es Indestructible.
La conversación, como siempre, ha sido variada y profunda.
Un tema que nos ronda últimamente es el de la autoesclavitud a la que nos sometemos voluntariamente, en virtud de lo que presuponemos que quieren o desean los demás, (sobre todo las personas que queremos)
Establecemos formulas, costumbres y rutinas, que nos pesan y nos molesta hacerlas, pero creemos, que a la persona que queremos le gusta o no toleraría otra opción o simplemente le hace la vida cómoda y después de todo no cuesta tanto hacerlo.
Poco a poco vamos acumulando esclavitudes que nadie nos ha pedido y que nadie agradece, lógicamente, pero creemos que debe seguir así, o ni siquiera nos lo planteamos, hasta que llegamos a un grado de insatisfacción y de irritación insostenible que nos lleva al mal humor, incluso a la agresividad.
Lo más difícil de las relaciones humanas es siempre encontrar la medida en la implicación de las mismas.
Hablamos de amor y de querernos, pero el amor es SIEMPRE reciproco en todas sus facetas, no pide, se complace en dar y compartir, en mejorar, en superar los obstáculos.
Por definición no puede ser nunca una esclavitud, si nos esclaviza, algo no hacemos bien..
Ningún tipo de amor, porque el Amor es como Dios, UNO, y lo que cambia es la forma de intercambiarlo y de recrearlo por las personas, ya sea en forma de amistad, paterno-filial, de pareja, o del tipo que sea.
Hemos hablado de hombres, claro, y de relaciones.
Mis amigas opinan, que ningún hombre se separa si no tiene “sustituta” de recambio, (no han especificado en que sentido) y a los que los dejan sus señoras, se vuelven a vivir con mamá o con alguna hermana.
Vamos, que los chicos, lo de vivir solos no se lo plantean mucho, he querido entender, sin profundizar de momento, ya quedará tiempo. Me encantan estas conversaciones.
Por último, he comprobado que la única persona, capaz de turbar mi espléndida producción de endorfinas de esta temporada, sigue teniendo en mi esa influencia.
Efectivamente, bronca con mi hija.
No toleraré la falta de respeto, ni la exigencia, ni el derecho de pernada gratuito, ni otras ofensas graves a mis principios.
Se que mis amigas no lo entienden, ya les he dicho que soy peor madre, pues ellas, sobre todo una, son muy afectivas.
Cada una es madre como es ella, ni mejor ni peor, digo yo.
Quizá sea muy egoísta, pero yo soy yo, ante mi hija, ante mis amigos, ante mi pareja, ante mis padres, ante mis hermanos, ante mis amigas, ante mis vecinos y, desde luego, ante mi misma,.
Soy simple, en realidad sólo soy dos o tres principios, para mi inquebrantables, hasta para la Divina Providencia.
BESOS .
miércoles, noviembre 16, 2005
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