El camino.
Ante mi, ante nosotros, ante cada uno.
Mil sendas, senderos y rincones agrestes o paradisíacos lo salpican.
Caminamos, convencidos que la felicidad estará al final del mismo.
No hay guías Michelín, para el caminante de la vida.
Nadie nos muestra que puede estar agazapada en un rincón, detrás de una zarza o una carrasca.
Descubrir, que el propio Camino se recorre siempre sólo, que el primer compromiso debe ser con uno mismo, sino, puede ser que el pan que compartas con otros caminantes esté involuntariamente envenenado.
Ayer por la noche, anduve paseando la ciudad bajo la lluvia suave.
Todo olía a Naturaleza, paseé por el parque, (mi sitio favorito de la ciudad).
El olor a “humedad verde”, el sonido de mis pisadas en la tierra húmeda, combinado sinfonicamente, con el sonido de las gotas; unas cayendo alegremente sobre el suelo agradecido, otras repiqueteando rítmicamente sobre las hojas de los árboles. Un placer de los sentidos.
Mas tarde, paseé las calles solitarias y mojadas, ni paseantes, ni coches.
Las luces amarillentas de la calle, las luces tras las cortinas, resguardando de la curiosidad, las vidas que hay detrás de ellas. Hacía mucho que no disfrutaba de la Vida como me gusta, me siento en paz conmigo misma.( Igual me acabo de inventar una secta libertaria)
Os contaré el secreto, la Felicidad, como todo, empieza en uno y termina en los demás.
La actitud receptiva ante lo Bueno, ante el Amor Saludable ( es fácil distinguirlo, es el que nos hace más felices y libres a nosotros y a los que queremos), es fundamental para jugar al Juego del Escondite al que nos reta la Vida.
Me siento inundada de amor y libreeeeeeeeeee
250.000.000 millones de besos
sábado, octubre 29, 2005
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