Sábado noche, estoy sola, ganduleo en el sofá con el mando en el regazo, no quiero ir aún a la cama, zapeo, nada interesante.
En un canal hay una especie de tertulia, presentan a una mujer joven y agraciada, se llama Violeta.
El pasado 2 de Agosto, Violeta se encontaba en el hall de un hotel discutiendo con su novio Antonio por una llamada de móvil, él la empujó, en el forcejeo ella cayó al suelo.
El matrimonio Neira, clientes del mismo hotel, presenció la trifulca, el marido llamó la atención a Antonio sobre su comportamiento diciendole que iba a llamar a la policia, Antonio fue hacia él y le propinó una paliza, como consecuencia el Sr. Neira acabó con varias costillas rotas y contusiones diversas.
Como las cosas siempre pueden ir a peor, nadie dijo a los sanitarios que el Sr Neira tomaba Sintron, nadie le hizo un Scanner, nadie detectó la hemorragia cerebral que lo tiene en coma.
En el plató, Violeta luchaba patéticamente por defender lo que cree que es la verdad, sufrí cuando intentaba convencernos de que su novio no era agresivo, sino un enfermo cocainomano, que era una victima y una bellisima persona bajo los efectos de la droga.
Mi angustia por ella creció cuando hizo alarde de conocer el maltrato en una relación anterior, estaba dando carnaza a las hienas sensacionalistas caricaturizadas de periodistas (entre ellas la Rahola que estuvo patética).
La insultaron llamandola indigna, la acusaron de comerciar con el dolor, le recriminaron (no sin envidia) que fuera guapa y arreglada a la tele, acusandola de "diva".
Estos programas buscan una presa fácil y la someten a un juicio implacable, la desgarran y desmenuzan, sientan a la victima sola frente a los carroñeros que se creen infalibles e inapelables.
El dinero es el justificante moral (de los verdugos y de la victima) para este maltrato y vejación teletransmitida.
En un intento de relajar tensión, el conductor del programa le preguntó:
- ¿que te enamoro de él?
Violeta, visiblemente emocionada, contestó:
- Su fragilidad
Esta intevención amable, fue lo más doloroso de la entevista.
Una mujer joven de 32 años, guapa, se enamora de la "fragilidad" de un hombre de 44, de buena familia, cocainomano, que pide el alta voluntaria del centro privado de desintoxicación, "para ir a verla porque no puede más", pero la noche anterior al encuentro se pone hasta las orejas de coca, por eso reacciona con violencia a las palabras de Neira, según Violeta.
Ese es mi miedo ¿como enseñar a nuestras hijas que eso no es amor?, que la heroina que salva al principe azul no existe, entre otras cosas porque ¿para que quiere una chica de hoy un principe azul?. ¿para que hay que ser heroes de nada?.
Es mucho más dificil de encontrar que un principe azul pero hay que buscar un compañero, un igual con quien construir felicidad, alguién con quien compartir cuidados mutuos.
KiiiiSSSSiiiiiSSSSSSSS
1 comentario:
porfin entre en el mundo de los bloggers. me ha encantado lerte y reconocerte. te quiero.
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