Ayer se cerró la puerta del Verano y hoy empieza el Otoño, estación proclive a las tormentas, inundaciones y disturbios metereologicos, pero también la epoca en que la Naturaleza se viste de rojo y amarillo para pasar, discreta y sin quebranto, a los áridos tonos del Invierno.
No hay estación que desplegue mayor variedad de matices y contrastes de color, tras el relajo estival, este es momento de re-inicio de las actividades cotidianas, de la vida "real".
Empieza el "cole", con él las cómodas y prácticas rutinas vuelven a nuestas vidas.
Al igual que la Naturaleza, las personas vamos cambiando de modo imperceptible, sobre todo para nosotros mismos, me sorprendo de mi metamorfosis en gustos y respuestas, y como el Otoño creo que voy ganado en matices.
Intento hacer anamnésis (a veces me gusta ser pedante, sorry).
Todo empezó cuando decidí ser "buena", si, si, B-u-e-n-a. ¿A que suena cursí?. M'importa.
A lo largo del blog mi interés por ser honesta y coherente ha sido un machacante de piñón fijo, sin perjuicio de ello, he descubierto que la coherencia no se sostiene sino como instrumento de un objetivo, de una opción, de una idea.
Es más, la coherencia es la manifestación material de una idea, de una opción de vida.
Espontanea e involuntariamente, hago uso de la facultad de simplificación con la que he sido bendecida, hay dos caminos a elegir, bueno tres en realidad: ser buena, ser mala o ser no-consciente.
Descarto la opción c) ser no-consciente. (Por principios, claro)
Ser mala es interesante "a priori", es cañero, hay muchos campos en los que actuar, la satisfacción es mediata o inmediata, va directa al Ego, provoca miedo respetuoso en los demás, a menudo contribuye al ascenso laboral...
Conozco ese sabor que provoca enconos, enfrentamientos, paranoias ...
Es demasiado agotador, ser malo implica calzarse un traje demasiado ajustado y vulnerable, una soledad implacable y a la larga los servicios de un psiquiatra. Lo descarto.
Ser buena, de entrada es trabajoso, la falta de costumbre hace necesaria una atención especial al principio.
Decido, siguiendo el principio fundamental de la Energía (ni se crea ni se destruye, se transforma) y la experiencia más elemental: el "buen rollo" crea "buen rollo" o mejor y el "mal rollo" crea "mal rollo" o peor.
El truco: reflexión, analisis y propósito de enmienda, que dicen los cristianos para lograr la absolución.
Soy afortunada, entre mis carencias, solo estoy a falta de dinero, cuestión que aunque me ocupa no me preocupa, estoy a punto de pluriemplearme circunstancialmente.
Estoy suelta en mis formas porque estoy firme en mi objetivo, espero no tropezar ¡soy tan zapo!.
Besines rojizos
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