
Viernes noche, reunidas entorno a una mesa con ricos alimentos, buen vino y mejor champan (si champan y no cava), agradable entorno y esplendida compañía.
La casa está en el campo.
El día está triste y lluvioso, he salido de buena mañana a pasear con mi perro, refugiada bajo varias capas de ropa, gorro, guantes y bufanda.
He disfrutado el aire frio y humedo golpeandome la cara, unica parte de mi anatomía expuesta a la inclemencia.
En el transcurso de la mañana, un agujero se ha ido apoderando de mi interior, ha ido creciendo insidiosamente hasta crear un vacio, estoy irritada e irritable.
Mi cabeza gira y gira sin llegar a ninguna solución, ya no es tener que estirar el dinero hasta hacer un hilo de seda, ni la mala pata de quedarme sin dientes (500 € de broma), es el cansancio que me produce ser el guardián de los intereses de mis hijas, el hastio de las proximas cuentas, del intento burdo de extorsión.
Podría hacerlo, pero no voy a abandonarme, podría dejarme llevar facilmente, una vez se instala el vacío, el agujero negro se hace presente y ejerce una fuerza seductora y centripeta.
No escucho esos cantos de sirena, ya me arrastraron una vez al abismo.
Estoy construyendo una concha pequeña, de mi tamaño, llena de almohadas que acojan mi ser dolorido, según como estoy de hinchada solo quepo yo, si estoy bien, pocos más.
Centrada en mis cosas, en el sencillo disfrute de lo diario, de pronto, una señora me mira perpleja, el niño también, la niña que va delante se gira y se detiene para vernos mejor. Ignoro las miradas.
Cuando me giro, descubro que mi respaldo era una pila, un monton, una montaña de papeles, de libros, un monticulo imposible, un obstaculo importante y absurdo. Debo despejarlo cuanto antes.
La realidad particular está insertada en multitud de realidades paralelas y coetaneas.
Ayer, mientras cenaba un suculento bocata de jamon, algo dentro de mi hizo crak.
Sin terminar de tragar el bocado, realicé un analisis minucioso del interior de mi boca con la lengua. Resultado: algo duro se destacaba del pan y el jamon, el recorrido por las encias delató un hueco generoso entre dientes. Tragué y escupí, efectivamente, un puente de tres piezas.
He llamado a la dentista, me ha recibido por la tarde. Hay que hacer las piezas nuevas.
Me ha atendido un jovencito, que intentaba hacerse el simpatico, como el protésico, hermano y cruz (a mi entender) de la dentista.
Me he comportado un poco estupida con los "simpaticos", algo seca, he preguntado:
- ¿no está Esperanza?.
- Si, ahora viene, me ha contestado un poco serio "el hermano", esta terminando un empaste.
Ella, ha venido seria, con su voz dulce me ha dicho:
- Hola, estas mas delgada, hace tres años y medio que no nos veiamos.
-Ya sabes quién se queda siempre para el final o sin nada.
- Los cambias ¿no?, les hace falta desde hace tres años, casi cuatro, entonces ya les hicimos una chapuza para ir tirando.
-Si, ya se que de esta no pasan, hazme un arreglito rápido y económico por favor.
El lunes me ire a probar y con suerte, el jueves me pondran los dientes.
Absorta en lo concreto, en lo diario de cada una, en las necesidades básicas y los pagos, desatiendo mi persona fisíca, sin sacrificio y sin merito, como cuando descansaba en la montaña de libros.
A veces, las realidades se imponen unas sobre otras y esa es la prioridad, tampoco este mes será el del empate finaciero. Es mi sino, se me amontona la existencia.
Besssssssssssssssoooooooooooooooooosssssssssssssssssssssssssssssssss
Siento que mejoro por dias porque vuelven a mi las chorradas que me singularizan.
Elvis y yo hemos tomado el camino de la via, la temperatura aunque fresca, resultaba acariciante, hemos llegado un poco mas allá del puente.
Hoy es sábado y la afluencia de paseantes disminuye a horas tan tempranas, nos hemos cruzado con un chico que hacia footing y un señor con traje y un periodico nuevo bajo el brazo, que parecia venir de la nada, del final del camino si lo hay.
Ayer estuve viendo cuadros de Hopper, de nuevo, me los se de memoria y leyendo algo sobre él, bueno sobre su pintura, al margen de lo mas manido o sea su temática, ambientación, influencia europea ...
Descubrí porque me cautiva, es por la luz, el tratamiento que da a las luces irrealmente reales, al igual que en la naturaleza, ilumina selectivamente escenas de la vida cotidiana, dandoles el protagonismo del instante detenido y radiografico.
Es algo así como cuando contemplamos una imagen corriente y decimos "parece una postal" "estas de postal".
También me pasa con Felix Lafuente, Goya o Vermeer, en distintos estilos.
Durante el paseo me he entretenido en mirar el paisaje con ojos hopperianos, caminaba como una fata, entrecerrando los ojos, parandome desde distintos angulos...Me he dado cuenta despues.
De regreso, he buscado las luces, o las sombras, en realidad Hopper pinta la luz y proyecta sombras geometricas.
He hecho fotos, creo que voy a hacer una colección de fotos de Huesca buscando la luz Hopperiana. Pa nada, por gusto, a ver que sale.
Estoy ilusionada por el taller de Narrativa. Necesito un fijo en la semana o en la quincena, algo que me haga mover el culo de casa, me apetece conocer a la nueva profesora, volver a ver al grupo, del que me siento parte pero no integrada (ni lo deseo), plantearme nuevos retos para contar.
Hablé con T. que fue en representación de las dos al taller (sola ante la "familia"); y me comentó las tareas, la que nos perdimos porque nadie nos avisó del inicio del taller (pienso protestar ante la autoridad competente) y la de esta semana.
Parece que mi cabeza hubiera estado esperando que le dieran un tema para hilar una historia, ya tengo hilvanadas las dos. No digo que sean buenas, ni nada, pero han salido solas.
Me gustaria poder contar historias y momentos con realismo costumbrista y actual, veré que sale. Los temas propuestos son :
1-Contar una historia en la que el asunto, la clave, esté en el nombre del protagonista, si está ambientada en Huesca debe ser en otra epoca de la historia, si es otra localización da igual el momento.
2- Escribir un parrafo que describa como un hecho cotidiano nos produce miedo o inquietud en un momento determinado, expresar la emoción, el sentimiento.
No encuentro mucho sentido a escribir fragmentos, sino a extraerlos de una historia. Lo intenté, pensé un "encabezamiento", pero nada, lo dejé y se me ocurrió una historia entera, empecé a escribirla y ya tiene principio, desarrollo y fin, ahora toca pulirla, cortar, añadir, puntuar etc...
Cuando esté tamizada elegiré el fragmento adecuado, me temo que la siguiente tarea será completar la historia, resignación, mi cabeza siempre va en sentido contrario, (tengo neuronas boomerang). Tengo ganas de aprender, casí avidez.
Beesitos chorrines
Desde hace unos días estoy incomoda, he estado preocupada, mejor dicho agobiada.
Este verano me rasuré las axilas, como de costumbre, con cuhilleta deshechable.
Un pelo rebelde se enquistó y formó un granito diminuto, romo y blanco, indoloro e inofensivo.
Durante un tiempo lo controlé, engordó un poco, pero siguió siendo romo y blanco. Dejé de prestarle atención, hasta que hace tres o cuatro días que un escozor inesperado me hizo revisarlo, había engordado un poco más y tenía un amenazador color rojo intenso.
No lo pensé, cogí una pomada antibiótica, unté bien el desagradable grano y lo tapé con gasa y esparadrapo. La pomada lo engordó y lo hizo doloroso.
Durante dos días no me lo quité de la cabeza, deseaba revisar su evolución al segundo. Me obligué (con la exusa de limpiarlo y curarlo), a destaparlo solamente dos veces al día, al final de la mañana y al final de la tarde.
Las cuatro primeras revisiones me sumieron en la preocupación, aquello cada vez tenía peor aspecto. Al final del tercer día la esperanza de que fuera eso, un simple grano, retornó
La gasa estaba manchada con un asqueroso mejunge de pomada, pus y sangre, el grano, aún de color rojizo, había disminuido su tamaño. Limpie la zona con iodo, desinfecté, pusé mas pomada y volvía cerrar.
Acabo de curarlo, hoy es el cuarto día, aún no está limpio del todo, pero va volviendo a su sitio.
He tenido miedo. Pánico ante la merma.
No he dicho nada a nadie, ha sido mi secreto cometarro, me estoy haciendo vieja, esto antes no me pasaba.
Una lección, (budista creo), consiste en descubrir lo pequeño para poder alcanzar lo grande, los alquimistas redundan la idea "lo que es arriba es abajo, lo que es dentro es fuera".
Este pelo-grano, es una metáfora plástica, un psicodrama orgánico, de varios aspectos aspectos de mi vida, espero tener la misma paciencia, control, cuidado y esperanza para limpiarlos, como estoy teniendo con el grano. El miedo lo tengo.
Besos inciertos